La ventaja principal es la rapidez en el desarrollo, que es hasta 10 veces mayor respecto a la programación tradicional.
Además, se necesitan hasta un 80% menos de recursos y es posible reutilizar elementos, plantillas y actividades de proyectos ya realizados.
Los usuarios pueden revisar la aplicación en versiones tempranas durante el propio desarrollo para aportar cambios, correcciones o mejoras.
Las aplicaciones desarrolladas con Low code son más sencillas de mantener y más fáciles de actualizar con nuevas funcionalidades.