En un mundo cada vez más cambiante y competitivo, contar con una buena ventana de comunicación con los consumidores resulta vital. Uno de los puntos clave para mejorar la relación con los clientes es contar con portales y aplicaciones eficientes y atractivos. El desarrollo software actual permite que cualquier negocio pueda beneficiarse de aquello que antes solo podían permitirse los grandes.
La importancia del punto de encuentro
Hoy en día, muchos de los contactos que un cliente (potencial o habitual) tiene con una empresa se realizan de manera digital. Esto incluye aplicaciones móviles, páginas web, terminales táctiles… O cualquier otro soporte digital.
Todos estos puntos de contacto tienen algo en común: un desarrollo software que facilite la comunicación entre consumidores y negocios. Para mantener y mejorar la relación con clientes es imprescindible que estos soportes cuenten con unas características básicas.
La principal, y por la que muchos de ellos pueden abandonar una solución por otra, es la usabilidad. Contar con sistemas amigables, adaptativos, que sean sencillos de utilizar y que faciliten a los consumidores la contratación de bienes o servicios resulta vital. Además, es importante que estos sistemas sean capaces de adaptarse con la máxima rapidez posible a los cambios en las tendencias de uso. Unos cambios que, hoy en día, se producen cada vez a mayor velocidad.
Unido a lo anterior, resulta imprescindible que las soluciones sean robustas y que se puedan escalar con facilidad en caso de crecimiento del negocio. No ser capaces de reaccionar a tiempo en cualquiera de estos aspectos conlleva inevitablemente una pérdida de competitividad y, en el peor de los casos, una deriva de clientes hacia productos de la competencia.
El coste de un desarrollo tradicional
Las necesidades de tiempo y personal requeridas para lanzar una aplicación no son pocas. En el desarrollo tradicional de software existen diferentes roles que se deben cumplir para sacar adelante cualquier proyecto.
Este método de trabajo conlleva que el tiempo de desarrollo se dilate, en muchas ocasiones, más allá de lo deseado. Desde el análisis funcional, análisis técnico, administración de bases de datos, desarrollo de UX/UI, desarrollo de la aplicación… Todo como pasos independientes, poco interconectados, con poco trabajo en equipo y que terminan por alargar los tiempos de los proyectos.
Proyectos que, además, resultan poco flexibles y que admiten pocos cambios una vez finalizados. Esto provoca en muchas ocasiones que cuando el desarrollo está completado por fin, los requerimientos iniciales hayan cambiado. Así es fácil que el producto final ya no se adecúe al cien por cien a las necesidades actuales.
Para mejorar la relación con los clientes se necesita, por tanto, invertir más y más recursos (económicos y de personal), lo que termina convirtiéndose en un quebradero de cabeza para las organizaciones. Sin embargo, la tecnología ha avanzado lo suficiente como para que todo esto deje de ser un problema.
Se puede mejorar la relación con los clientes con low code
Para solventar todas las desventajas de la programación tradicional los sistemas están evolucionando hacia otro tipo de programación: el low code. Son muchas las ventajas que el desarrollo en código bajo aporta a las empresas a la hora de mejorar la relación con los clientes. ¿La principal? Una capacidad de desarrollo y adaptabilidad sin precedentes.
El desarrollo en low code requiere muchos menos recursos (hasta un 90% menos) y se realiza mucho más rápido (hasta siete veces más rápido que la programación tradicional). Esto hace que desde la identificación de la necesidad hasta que la solución está disponible pase mucho menos tiempo. Y tener la solución lista en menos tiempo significa llegar antes que la competencia o reaccionar a tiempo en caso de que sean ellos quienes hayan llegado primero.
Pero es que además, el sistema con el que se desarrollan las soluciones en low code permite que estas se puedan adaptar y modificar durante el propio desarrollo sin afectar significativamente a los tiempos proyectados. Más aún. Una vez terminado y lanzado el desarrollo, modificarlo resulta mucho más sencillo (y sobre todo más rápido) que con la programación tradicional.
¿Y en qué repercute todo esto a la hora de mejorar la relación con los clientes? Pues básicamente que cualquier negocio que requiera de un portal de comunicación con ellos podrá tenerlo listo en menos tiempo, se podrá adaptar a los nuevos requerimientos más rápido y, en definitiva, podrá adaptarse al mercado prácticamente en tiempo real.
Y hablar de clientes es solo la punta del iceberg. También se puede mejorar el desarrollo de aplicaciones internas, con proveedores, vendedores… Un sinfín de posibilidades que las nuevas técnicas de desarrollo, representadas en el low code, son capaces de brindar.