Puede que al oír la palabra robot te venga a la mente la imagen de un humanoide metálico. Sin embargo, hay otros tipos de robots. Como los que se encargan de realizar las tareas más repetitivas en los procesos de trabajo de cualquier empresa. Como los que se encargan de realizar tu nómina cada mes.
Hay cosas que no debería hacer un humano
A lo largo de la historia, el ser humano ha desarrollado cada vez habilidades más complejas que dejaban anticuadas las que realizaba hasta entonces. Una evolución natural que nos ha permitido pasar de habitar cuevas a empezar a hablar de la conquista de otros planetas. En toda esta historia siempre se ha dado la especialización, gracias a la cual las tareas que se convertían en monótonas pasaban a manos de trabajadores que quedaban anclados a ellas.
Llegado el momento, este tipo de tareas se convertían en lastres que requerían de un tiempo de dedicación que terminaba por ahogar a los responsables de estos. Ya no quedaba a quien delegar la tarea. ¿O sí?
El relevo en forma de robot
La llegada de las plataformas y soluciones de bajo código han traído consigo una revolución que está liderando la transformación digital de las empresas: los robots.
Esta revolución no supone una disrupción total sobre lo que se venía haciendo hasta ahora, sino que toma forma de asistente virtual que siempre está disponible para realizar las tareas más tediosas de cualquier empresa.
Ya no es necesario implementar todo un nuevo sistema desde cero que sirva para hacer lo mismo que ya se venía haciendo. Ahora basta con programar un robot que se encargue de interactuar con los mismos sistemas que ya existen en la empresa. Toman el papel del trabajador. Hacen clic donde lo hacía el trabajador. Guardan o envían archivos utilizando las mismas plataformas, los mismos programas que utilizaba el trabajador.
Todo esto ahonda en la principal ventaja de contar con un robot en la plantilla: todo sigue igual, funciona igual y obtiene los mismos resultados. Tan solo hemos automatizado un proceso que se repite en bucle y que no requiere de una mayor habilidad que la de no perder el foco en lo que se está haciendo.
La ventaja de automatizar con un robot
Toda esta tecnología toma el nombre de RPA (Robotic Process Automation), y es la gran revolución de lo que llevamos de siglo. La sustitución por robots de las partes más repetitivas y tediosas de cualquier proceso, como la generación de nóminas, repercute directamente en una reducción de costes. ¿Cómo? Muy sencillo. Los trabajadores que antes debían dedicar horas a la preparación de nóminas todos los meses ahora disponen de ese tiempo para realizar tareas que requieren más atención. Además, gracias a los robots los errores tienden a desaparecer. Los tiempos de ejecución se reducen. La transformación digital de las empresas es más sencilla en un mundo cada vez más globalizado.
Tareas tan diversas como la gestión de avisos de pago, la generación de fichas técnicas o la clasificación automática de documentos pueden pasar a ser ejecutadas por robots. Piensa en cualquier proceso que se repita en su ejecución. Procesos que se realicen de forma habitual (ya sea diariamente, semanalmente, mensualmente…). Piensa en aquellos que consumen a los empleados de tu empresa y que no aportan un valor añadido. En todos ellos un robot te puede ayudar. Y lo hará siempre que lo necesites.