Fue hace 100 años cuando Karel Čapek utilizó por primera vez el término “robot” en su obra Robots Universales Rossum, estrenada en Praga el 25 de enero de 1921. En realidad, fue su hermano Josef quien le propuso utilizar “robot”, en checo “robota” o “trabajo duro”, para referirse a los androides que protagonizan su obra. Robot es la palabra checa más utilizada en el mundo.
En estos 100 años hemos visto cómo el mundo real se ha ido aproximando a ese otro imaginario de Karel Čapek con robots que nos ayudan en los trabajos más duros, con excelente eficacia cuando la mecánica, la electrónica, la inteligencia artificial… nos aportan juntas sus beneficios y posibilidades.
Hoy muchas líneas de producción incorporan robots, la medicina utiliza robots en intervenciones quirúrgicas, la investigación se apoya en la inteligencia artificial para acelerar sus resultados… y la automatización cognitiva, simbiosis de RPA e inteligencia artificial, transforma nuestros puestos de trabajo.
Los robots físicos son eficientes. Liberan al hombre de los trabajos más duros, peligrosos, aportando precisión y calidad. Los robots digitales, al igual que los físicos, nos liberan de las tareas más rutinarias y repetitivas, y utilizando inteligencia artificial, la denominada automatización cognitiva, crean puestos de trabajo donde robots y personas se complementan, potenciando sus capacidades.
La automatización cognitiva está descubriendo día a día nuevos ámbitos de aplicación. Este avance sin pausa tiene muchas explicaciones, y una de ellas es sin duda la inmediatez de los resultados. Tras más de 30 años dedicado a la tecnología y a los sistemas de información, nunca había visto una tecnología de implementación más rápida y con mejores retornos de la inversión.